SOBRE EL ALZHÉIMER
Empezaremos
por precisar que la enfermedad del alzhéimer es un trastorno cerebral que lenta
y progresivamente va destruyendo tanto la memoria, como la capacidad de pensar,
afectando como consecuencia el comportamiento y personalidad del que la padece.
Hay que subrayar que es el tipo más común de demencia, con síntomas que van
empeorando con el tiempo. Es crónica y a día de hoy no hay un tratamiento
definitivo. A tenor de los datos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS):
1.
Alrededor de 55 millones de personas
padecen de demencia en el mundo, siendo la enfermedad de Alzheimer la causa más
común (60/70%).
2.
152 millones de personas para el año
2050 se calcula que la padecerán debido a la esperanza de vida.
3.
En su impacto político, social,
económico, sanitario y familiar se está trabajando incesantemente.
Esta
realidad ha llevado a que se le denomine la “epidemia silenciosa”, y que la
prevención sea la estrategia a trabajar, hecho que incluye:
En
Hispanoamérica la prevalencia en personas mayores de 60 años (1), se sitúa
alrededor del 4,6% y en mayores de 65 años puede variar entre 6/12%. (2). A
tenor de la revista Primicias de Ecuador -aunque no podemos extrapolar los
datos aportados al resto de los países hispanos- las mujeres parecen estar más
afectadas que los hombres (3), prevalecía que podría tener relación con la
mayor longevidad de las mujeres y posible menor detección o diagnóstico
temprano en los hombres.
Ante
esta realidad, en nuestra opinión, algunas de las líneas que consideramos clave
para enfrentar este desafío son las siguientes:
1.
Políticas públicas de salud: el
alzhéimer como prioridad: registro epidemiológico, protocolos, subsidios para
cuidadores y apoyo.
2.
Prevención primaria: a través
de la promoción de estilos de vida saludables:
a. Alimentación equilibrada.
b. Apoyo tanto del grupo primario -familia- y como secundario -amigos-.
c.
Ejercicio físico.
3.
Estimulación cognitiva y educación: a
mayor educación reglada o no, siempre estaremos reduciendo tanto el riesgo como
el deterioro cognitivo:
a.
Lectura.
b.
Universidades de mayores.
c.
Nuevos aprendizajes.
i. Escribir,
pintar, música, fotografía, etc.
4.
Prevención primaria: promoviendo
estilos de vida que permitan reducir los factores de riesgo:
a.
Hipertensión.
b.
Diabetes.
c.
Colesterol.
d.
Depresión.
e.
Actividad física.
f.
Dieta.
g.
Hábitos saludables.
5.
Diagnósticos tempranos: lo que
requiere invertir en capacitar a profesionales de la salud con el fin de poder
reconocer signos tempranos con un respaldo diagnóstico neuropsicológicos en
tanto en zonas rurales como urbanas.
6.
Atención integral:
compuesto por psicólogos, médicos, trabajadores sociales y auxiliares con un completo
programa de cuidados.
7.
Investigación: necesario
llevar a cabo estudios longitudinales en toda Hispanoamérica que permitan
estimar incidencias, una mejora en la determinación de los factores de riesgo
en la población, diferencias por etnias, zonas y nivel socioeconómico entre
otras.
Ramón
Morcillo López Ph.D.
Doctor en
psicología
Colegiado
CV.06004
https://rmorcillo.blogspot.com/
Cartagena, 20 de septiembre
de 2025
Referencias.

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