sábado, 20 de septiembre de 2025

 

SOBRE EL ALZHÉIMER

Empezaremos por precisar que la enfermedad del alzhéimer es un trastorno cerebral que lenta y progresivamente va destruyendo tanto la memoria, como la capacidad de pensar, afectando como consecuencia el comportamiento y personalidad del que la padece. Hay que subrayar que es el tipo más común de demencia, con síntomas que van empeorando con el tiempo. Es crónica y a día de hoy no hay un tratamiento definitivo.   A tenor de los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS):

1.     Alrededor de 55 millones de personas padecen de demencia en el mundo, siendo la enfermedad de Alzheimer la causa más común (60/70%).

2.     152 millones de personas para el año 2050 se calcula que la padecerán debido a la esperanza de vida.

3.     En su impacto político, social, económico, sanitario y familiar se está trabajando incesantemente.

Esta realidad ha llevado a que se le denomine la “epidemia silenciosa”, y que la prevención sea la estrategia a trabajar, hecho que incluye:

En Hispanoamérica la prevalencia en personas mayores de 60 años (1), se sitúa alrededor del 4,6% y en mayores de 65 años puede variar entre 6/12%. (2). A tenor de la revista Primicias de Ecuador -aunque no podemos extrapolar los datos aportados al resto de los países hispanos- las mujeres parecen estar más afectadas que los hombres (3), prevalecía que podría tener relación con la mayor longevidad de las mujeres y posible menor detección o diagnóstico temprano en los hombres.

Ante esta realidad, en nuestra opinión, algunas de las líneas que consideramos clave para enfrentar este desafío son las siguientes:

1.     Políticas públicas de salud: el alzhéimer como prioridad: registro epidemiológico, protocolos, subsidios para cuidadores y apoyo.

2.     Prevención primaria: a través de la promoción de estilos de vida saludables:

a.     Alimentación equilibrada. 

 b.     Apoyo tanto del grupo primario -familia- y como secundario -amigos-.

c.     Ejercicio físico.

3.     Estimulación cognitiva y educación: a mayor educación reglada o no, siempre estaremos reduciendo tanto el riesgo como el deterioro cognitivo:

a.     Lectura.

b.     Universidades de mayores.

c.     Nuevos aprendizajes.

                                                                                  i.     Escribir, pintar, música, fotografía, etc.

4.     Prevención primaria: promoviendo estilos de vida que permitan reducir los factores de riesgo:

a.     Hipertensión.

b.     Diabetes.

c.     Colesterol.

d.    Depresión.

e.     Actividad física.

f.      Dieta.

g.     Hábitos saludables.

5.     Diagnósticos tempranos: lo que requiere invertir en capacitar a profesionales de la salud con el fin de poder reconocer signos tempranos con un respaldo diagnóstico neuropsicológicos en tanto en zonas rurales como urbanas.

6.     Atención integral: compuesto por psicólogos, médicos, trabajadores sociales y auxiliares con un completo programa de cuidados.

7.     Investigación: necesario llevar a cabo estudios longitudinales en toda Hispanoamérica que permitan estimar incidencias, una mejora en la determinación de los factores de riesgo en la población, diferencias por etnias, zonas y nivel socioeconómico entre otras.

 

Ramón Morcillo López Ph.D.

Doctor en psicología

Colegiado CV.06004

rmorcillo@ext.ucam.edu

https://rmorcillo.blogspot.com/

Cartagena, 20 de septiembre de 2025

  Referencias.

1.      Eficacia del manejo terapéutico del Alzheimer en adultos mayores. Revisión Bibliográfica | Pogo Ajila | Polo del Conocimiento

2.      Prevalencia del Alzheimer en adultos mayores de América Latina. Revisión bibliográfica | Ciencia y Educación

3.     https://revistagestion.primicias.ec/cifras/el-alzheimer-afecta-mas-las-mujeres-en-ecuador/?utm_source=chatgpt.com

 

 


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