Decía Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) que lo que llamamos democracia a tenor de los resultados es un conjunto de políticos encuadrados en lo que podríamos denominar la izquierda y la derecha. El negocio de la izquierda consiste en aparentar que cometen errores y el negocio de la derecha está en evitar que se corrijan los errores.
Entregaron a Marruecos la provincia española con los mayores yacimientos de fosfato del mundo y un subsuelo marino guardando una inmensa bolsa de petróleo que hoy explotan en nuestras aguas marítimas, además de ser ricas en bancos de pesca y en peligrosa situación al estar frente a nuestras islas Canarias. Destruyeron la industria, la pesca, la ganadería, la agricultura y fábricas de armas entre otras.
España tiene una deuda que los expertos dicen impagable pero aun así nos permitimos “rescatar” ¡que eufemismo! a los bancos. Lo asombroso es que quienes han llevado a cabo este crimen, son personas que estamos pagándoles y seguiremos haciéndolo hasta que fallezcan no solamente ellos, sino también a sus santas esposas o a las mujeres de sus vidas. Todos los meses abonándoles un sueldo que difícilmente la mayoría de los españoles podríamos alcanzar en nuestras vidas.
Estamos pagando a ladrones que con sus manos han firmado y/o consentido la ruina de nuestra patria, que, según el rango, se pasean por las calles con una escolta también a nuestra costa. Ninguno está en la cárcel. Algunos hasta invitados de honor en algunos medios y orgullosos de una nacionalidad que ya no es la nuestra.
¿Qué nos está pasado?

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