COMO
SOBREPONERSE
A LA
TRAGEDIA
Empezaremos
por definir que entendemos por tragedia para a continuación seguir hablando de
herramientas y sus correspondientes pasos de ayuda. Nuestro diccionario de la
RAE, en su quinta y última acepción nos dice: “Situación o suceso luctuoso y
lamentable que afecta a personas o sociedades humanas”. Y así es, ya que en
su génesis hablar de tragedia, era hablar de un género dramático nacido en
Grecia donde se acostumbraba a llevar a cabo representaciones teatrales, sobre
grandes héroes y personajes ilustres, todos necesariamente caídos en desgracia
y siempre con un final inevitablemente doloroso.
Con
el tiempo paso a ser un modelo para la educación moral y cívica de ciudadanos, dado
el éxito como medio de “crear un pensamiento único”. Roma lo adopto como guía,
de ahí la profusión de teatros a lo largo y ancho del imperio donde, además,
los actores eran empleados al servicio del Estado. A través de ellos, de manera
lúdica, totalmente pacífica, lograban conformar el pensamiento de los
ciudadanos, inculcar valores y metas. A día de hoy, sin embargo, nombrarla, es
una forma de manifestar desgracia, catástrofe, desdicha o un accidente, por
poner un ejemplo.
Y es que en este nuevo
tiempo, la palabra tragedia
no cesa de multiplicarse en “las noticias” dado el poder de impacto que tiene
lo negativo en la fijación de cuanto se quiere informar. Hecho que de igual
forma acontece en las redes sociales y conversaciones cotidianas, sin que seamos
totalmente conscientes de que esta saturación de relatos negativos puede llegar
a generar una sensación de estar viviendo rodeados únicamente de catástrofes,
¡algunos ya vaticinan que son avisos del fin del mundo! pudiendo llegar a alcanzar
un impacto emocional.
Realidad que acaba terminando
por generar ansiedad, miedo y desengaño entre otros cuando, a decir verdad, si
nos detenemos por unos instantes a observar a nuestro alrededor también podemos
comprobar los infinitos sucesos positivos que diariamente acontecen:
nacimientos, el milagro de la esperanza de vida, nuevos inventos, tantos
jóvenes brillantes obteniendo premios extraordinarios en las distintas
Universidades y que la prensa para nada publicita porque no es noticia, o poder
estar paseando por la Gran Vía de Madrid y en cuestión de horas estar en la
carrera séptima de Bogotá, la calle Obispo de La Habana, o en el paseo de los
Montejo en Mérida, cuando ayer era una cuestión de semanas.
Ante esta realidad es necesario acometer
tanto acciones inmediatas como de a corto plazo a través de ejercicios de
higiene mental, con el fin de proteger la salud mental de todo sujeto mediante
estrategias para salvaguardar su salud emocional, haciendo frente a esta
sobreexposición de noticias, con el fin de frenar que la tragedia termine
convirtiéndose en la disertación dominante.
El impacto emocional
que este bombardeo de tragedias tiene en las personas (ansiedad, desesperanza,
miedo), así como el
fenómeno social de cómo se comunica y amplifica lo trágico,
debe explorarse a través de estrategias para Proteger la salud emocional mediante
ejercicios de higiene mental frente a la sobreexposición a noticias, entender el fenómeno mediático
dado que la tragedia se está convirtiendo en el discurso dominante y contrapesar la narrativa,
consistente en trabajar en cómo rescatar y visibilizar relatos de resiliencia,
esperanza o actos cotidianos de misericordia.
Este
tipo de huella emocional que calificamos como tragedia -accidente,
pérdida de un ser querido o violencia- suele conducir a las siguientes
manifestaciones con sus correspondientes niveles:
1.
Somático: manifestaciones de insomnio, extenuación,
falta de apetito y rigidez muscular.
2.
Emocional: impotencia,
sentimiento de miedo, tristeza, culpa, rabia.
3.
Cognitivo:
crisis en cuanto a creencias, autoestima y reconsideración de valores. ¿Qué
hecho yo para merecerme esto? ¿Por qué precisamente a mí? ¡Realmente es que la
vida no tiene sentido! Tanto luchar y ¿para qué?
Los pasos a dar tanto a nivel familiar como
con acompañamiento profesional podemos centrarlos en los siguientes puntos:
EN CUANTO A LA FAMILIA.
Exponemos las herramientas inmediatas,
básicas a corto/medio plazo y a largo plazo a llegar a cabo:
1.
Herramientas
inmediatas. También llamados primeros auxilios emocionales. para
sobreponerse sin necesidad de acompañamiento profesional, nos apoyaremos en:
a.
Acompañarle: Que
sienta nuestra presencia. Que sepa que el tiempo no nos importa mientras
estamos a su lado. Queremos estar con él. Escucharle, aceptarle, sonreírle. Contacto
físico.
b.
Aceptación de
emociones: ayudarle en el tiempo de aceptación, de
reconocer que son totalmente normales esas respuestas suyas de llanto, estar
confundido y hasta enfadado ante el hecho ocurrido.
c.
Equilibrio: que
pueda percibir que se encuentra en un lugar totalmente seguro. Que no está solo;
se le quiere. De nuevo el contacto con el cuerpo a través del abrazo, coger de la
mano.
d.
Comunicación asertiva: cero
frases que puedan generar incertidumbre o cualquier tipo de rumor.
2.
Herramientas básicas a
corto y medio plazo. Podemos implementar:
a.
Rutina básica: Cuidar
la alimentación, el sueño y hacer ejercicio -como mínimo andar-. Debemos tener
presente que el cuerpo regula la mente. “Mens sana in corpore sano” [a]
b.
Red de apoyo: no
se puede permitir el aislamiento. Tanto el grupo primario -la familia- como el
secundario -amigos-, debe estar acompañándole en los tiempos acordados.
c.
Limitar la exposición
mediática: mejor si podemos evitar que vea/escuche
noticias que puedan conducirle a reabrir la “llaga”.
3.
Herramientas a largo
plazo.
a.
Expectativa realista: consistente
en no negar la realidad, pero si intentar abrir un espacio a la reconstrucción
con las piezas que han quedado después de la derrota. Con mis pacientes
siempre acostumbro a guiarme con herramientas que me permitan poder decirme al
final: “Se que no puedo cambiar su pasado, pero si la percepción del mismo, la
forma de como lo va a ir percibiendo a lo largo de la terapia”
b.
Sentido: ayudarle
a encontrar un propósito en medio del dolor. Dejar de repetirse ¿Por qué a
mí?, para pasar a ¿Para qué a mí? ¿Qué necesitaba aprender? Ahora ¿Qué
voy a poder aportar?
c.
Grupo Primario: hablar
de lo vivido, de lo que se está viviendo con la pareja/hijos/nietos, para que
la historia no quede somatizada. Esa energía hay que liberarla. No podemos
permitir que se quede enquistada en su cuerpo.
EN
CUANTO A ACOMPAÑAMIENTO PROFESIONAL.
Protocolos:
Estos
son llevados a cabo mediante formalidades para acompañar a todo sujeto que esté
atravesando una tragedia. Su objetivo es proveer a profesionales una guía
práctica, clara y utilizable para acompañar a quien está atravesando una
tragedia (pérdida repentina, accidente, desastre, etc. En cuanto al ámbito de
actuación, estos se implementan en centros de salud, equipos de respuesta ante
emergencias, atención en domicilio e inclusive en atención telefónica.
Modelos psicológicos relevantes:
1. Modelo cognitivo de PTSD
(Ehlers & Clark, 2000): el PTSD se mantiene por interpretaciones que hacen
que la experiencia se perciba como una amenaza presente (p. ej., “esto puede
volver a pasar”) y por una memoria traumática procesada de forma fragmentada. La
1intervención aplicada consiste en: reestructuración cognitiva + técnicas de
procesamiento de memoria.
2. Dual Process Model del
duelo (Stroebe & Schut): aquí el duelo alterna entre orientación hacia la
pérdida (procesamiento del dolor) y orientación hacia la restauración (ajustes
prácticos). Esto legitima intervenciones que permiten tanto la expresión de
duelo como la promoción de rutinas/reintegración.
3. Teoría del apego: pérdidas o amenazas
pueden reactivar modelos internos de seguridad (ver anterior artículo [1]); la
manera en que la red social responde influye fuertemente en el proceso de
adaptación. Hecho que implica trabajar con la familia y grupo secundario como
recursos terapéuticos.
4. Reminiscencia. Modelos de
significado / reconstrucción narrativa: el trabajo de dar sentido ayuda
a reorganizar la biografía y a integrar la pérdida sin anular el dolor. Las
vivencias clave, aceptarlas y obtener un nuevo significado con el fin de
integrarlas como un aprendizaje significativo
5.
Reforzar los recursos
internos: la técnica consiste en ir identificando
los valores, fortalezas y experiencias previas.
6.
Dinámica de grupo: incorporarse
a un reducido número de sujetos que hayan vivido experiencias similares y
trabajar las pautas.
7.
Técnicas de relajación:
trabajarla a través de la sofrología con el fin de reducir la reactivación.
Puntos a
tener en cuenta tanto para la acción clínica como comunitaria.
1.
Priorizar la seguridad
y necesidades básicas. El cuerpo responde
mejor cuando está atendido.
2.
Tener activado al grupo
secundario. El apoyo social es un factor protector
de primer orden.
3.
Se debe educar sobre procesos normales. Hay
que reducir estigma y evitar patologización prematura.
4.
Atentos a detectar con
el fin de derivar. Si al mes hay deterioro funcional,
habrá que considerar terapia especializada.
5.
Hay que cuidar al que
interviene. El desgaste es real “trauma vicario” y
hay que prevenirlo.
Consideraciones
especiales.
1.
Niños. En los niños el trauma
se expresa somáticamente y con regresión o cambios en el juego.
2.
Adultos
mayores.
Mayor riesgo de duelo. (delirium). Habilidad para ajustar lenguaje, ritmo y
corroborar salud física.
3.
Pérdida
violenta/suicidio.
Estamos ante la presencia de un alto riesgo de complicaciones. Necesaria la
intervención especializada temprana y atención a estigmas sociales.
4.
Exposición
mediática:
la repetición de imágenes incrementa la reactivación. Se debe limitar y educar.
Ramón
Morcillo López Ph.D.
Doctor en
psicología
Colegiado
CV.06004
rmorcillo@ext.ucam.edu
https://rmorcillo.blogspot.com/
Referencia
y bibliografía.
1.
Como los jóvenes asimilan
pensamientos tóxicos en la niñez perjudicándolos de adultos.
[a] Mens sana in
corpore sano. Cita latina correspondiente a la (Sátira
X, 356) escrita por Décimo Junio Juvenal autor de dieciséis sátiras. La cita
completa es “Orandum est ut sit mens sana in corpore sano”, que
traducida al español queda como sigue: Se debe orar que se nos conceda una
mente sana en un cuerpo sano.
2.
Ehlers, A., & Clark, D. M. (2000). A cognitive model of
posttraumatic stress disorder. Behaviour Research and Therapy.
3.
Van der Kolk, B. (2014). The Body Keeps the Score. Viking.
4.
Bonanno, G. A. (2004). Loss, trauma, and human
resilience. American
Psychologist.
5.
Stroebe, M., & Schut, H. (1999). The Dual Process Model of Coping
with Bereavement. Death Studies.
6.
World Health Organization / Inter-Agency Standing
Committee (2007). IASC
Guidelines on Mental Health and Psychosocial Support in Emergency Settings.
7.
Brewin, C. R. (2011). The nature and significance of
memory disturbance in PTSD. Annual
Review of Clinical Psychology.
8. Prigerson, H. G., et al. (2009).
Prolonged grief disorder: Psychometric validation of criteria. PLoS Medicine.