COMO AYUDA EL
AMOR DE LA MADRE A LA
SALUD MENTAL DE
LOS JÓVENES.
El
amor es y ha sido siempre uno de los argumentos más relevantes para el ser
humano. Su ausencia o posesión desde siempre ha protagonizado ríos de canciones,
poesía, novelas y cine. El amor es el motor que nos mueve y da sentido a
nuestra esencia como sujetos.
Todo ser humano está
llamado a amar. Si la verdad nos hace libres, el uso correcto de esa libertad
nos lleva a amar y ese amor es el que nos hace felices. Ahora bien, si esto se
puede decir de cualquier ser humano, sobre el amor de madre hay que decir algo más,
por ser ese sentimiento el que va a dar consistencia, cuerpo al hijo, como más
adelante hablaremos.
Son
muchos los jóvenes que no saben que son amados porque sencillamente no lo han
experimentado nunca. Otros lo advierten de forma parcial. El creer y apreciar
en su plenitud el amor que se recibe de la madre, sentir que ha sido querido y
saberlo, es uno de los elementos que conducen a la necesidad en el hijo a
querer. El amor también se aprehende (con h). Hermoso mirar a la madre y
sentirse atraído por tanta bondad y deseo de hacer igual como respuesta. Así lo
cree y experimenta en plenitud. Ha sido, es querido y lo sabe, y por eso
necesita querer. De niño mira hacia ella y se siente atraído por su pura
bondad. A partir de ese momento le acaba de abrir el camino para también él
expresar su amor prójimo, a la sociedad en general.
Es el amor que no
pasará nunca. En él está contenido entera la ley natural. Para una madre es la
única forma posible de ser madre; única manera de actuar. Cuando no se produce,
siempre queda en el alma una amarga sensación haberle fallado, de fracaso. Lo
normal es que toda madre reaccione al amor con amor y lo mejor es que se
convierte en el cauce de un milagro, del mejor de todos los milagros. Su
plenitud es la reciprocidad. El amor que se da y se recibe, se devuelve; ese
recíproco.
Pero, ¿qué
consecuencias tiene el amor recíproco? ¿Es sólo "la plenitud del
amor", la más pura y genuina fuente de gozo, el paraíso en la tierra, la
participación en un estado de vida semejante? Es el sueño de felicidad de
cualquier ser humano. El poeta dice que: “le toca a quien le toca”.
Conviene insistir en esta relación con la madre para comprender la grandeza de
esta realidad, la abundancia de maduración y caridad que genera. Así como dos
polos de la luz eléctrica contienen la corriente, pero producen la luz
solamente cuando se ponen en contacto, es el amor recíproco que al unir esos
dos seres consigue alcanzar una experiencia nueva.
En
el campo de la psicología es un apartado significativo, ya que la ciencia del
comportamiento siempre ha buscado comprender a fondo todo cuanto rodea al
sentimiento de amar y en este caso concreto el preciso madre-hijo, conocer su
génesis, desarrollo, mantenimiento, teniendo siempre presente sus infinitas
manifestaciones.
En
el presente artículo vamos a poner el foco en el amor de la madre, en cuantas
herramientas posee para ayudar a la salud mental de su obra a través de dos
apartados: a) Formas de demostrar amor al hijo, b) Importancia de la madre en
la vida del hijo, y otras dos como elemento de retroalimentación de ayuda: a)
Deseos más comunes del hijo con relación a su madre, b) principales claves para
saber si el hijo se siente amado.
a)
Formas de demostrar amor al
hijo:
Dado que la relación entre
una madre y su hijo es especial e intensa, que desde el momento que el hijo
nace, ella es su principal fuente de amor, cuidado y protección, creando un
impacto profundo en su vida, es esta realidad la que le hace sentir al hijo una
gran admiración y gratitud hacia ella, desde representar un apoyo emocional
incondicional a momentos de felicidad, tristeza, miedo o incertidumbre. Siendo
el apego, el vínculo que nos va a permitir demostrar nuestro amor. A esa
relación emocional, afectiva, fuerte y duradera que se forja desde el mismo
instante del nacimiento y que la madre lo manifiesta con lo que llamamos el
“reconocimiento”, “responsabilidad” y “libertad”.
Reconocimiento:
1. Dedicándole
tiempo de calidad. No nos cansaremos de repetir sobre los beneficios
que reporta al niño el tiempo exclusivo que se les dedica. Y ¿Qué es tiempo de
dedicación? Sin importar la edad que tenga: estar presente, mirarlo, escucharlo
de forma activa, acariciarle, abrazarle, pensar en positivo en cuanto nos
quiera comunicar.
2.
Demostrarle que lo amamos. Uno de
los actos más reconfortantes para un hijo es ser acariciado, abrazado, besado
por sus padres. El afecto físico siempre ha sido y es una forma muy efectiva de
demostrarle amor.
3.
Atender sus opiniones. A
medida que van creciendo la interacción con los otros se vuelve más intensa,
hecho que les genera distintas opiniones que requiere para su conformidad ser
refrendadas ¡Y que mejor que con la madre! Por ello, el reconocimiento también
es escucharlos, tomar en cuenta cuanto dice respondiéndoles con amor, con
aceptación.
Esto,
además de hacerlos sentir valorados, les va a ayudar a desarrollar su
autoestima y por encima de todo, a crear una vía de comunicación a lo largo de
su vida. Qué hermoso ante cualquier disyuntiva de nuestro hijo, su madre sea su
principal consejera.
4.
Elogiar sus logros.
Reconocer es estar atento al momento en que nuestro hijo ha alcanzado algo
importante para él: marcar un gol en el partido celebrado en el colegio, sacar
buenas notas o ganar un premio. Estos momentos deben ser celebrados porque para
él ha representado un esfuerzo y debemos valorarlos. Lo que experimente le va a
determinar a seguir esforzándose, y todo por su madre. Por ella es, por lo que
lo va a querer seguir creciendo.
5.
Apoyo en los momentos donde está
presente una dificultad o fracaso. Estamos en este apartado del
reconocimiento, de las horas bajas, donde la misión de la madre es
“con-vencerle” acompañar al vencido, en el sentido más literal que ejercían los
caballeros de la Orden de Santiago cuando el vencido era el oponente. Nunca era
ejecutado, se le acompañaba en el duelo. Los dos caballeros sabían que como en
toda batalla, podía haber sido el otro el vencido. En este caso la madre no
juzga, acompaña al hijo en el duelo, transmitiéndole que tiene todo su apoyo,
que la tiene ahí por siempre, que toda derrota es un aprendizaje, que lo ama y
que se siente orgullosa de él, y así, hasta el convencimiento. Hasta ser
con-vencido. Ojo con las neuronas espejo ya comentadas. Escucha activa, hablar
lo preciso con el fin de que sea el propio hijo el que en la propia
conversación encuentre la luz de la solución. La mochila de toda derrota
contiene la solución ad hoc ajustada a cada sujeto. Trabajar la mayéutica que
nos enseñó Sócrates ya comentada en otros artículos y cursos.
6.
Mostrarle su amor con hechos
concretos. Hechos no palabras reclaman los hijos, y así es. Y
es que el amor se demuestra con hechos y atención. Gracias al reconocimiento
llevado a cabo con nuestro hijo, perfectamente sabemos de sus anhelos, realidad
que podemos aprovechar para pasear juntos, ir al cine una tarde o tomar un
chocolate bien espeso con churros.
Responsabilidad:
1. Entregarles
responsabilidades. El hijo necesita crecer, quiere crecer, lo demanda
en cada interacción con la madre, y la respuesta de ella debe ser entregarlas
en función de su habilidad y capacidad acompañada de frases como “que bien,
aunque se que lo puedes mejorar” Quizás será cocinar, armar un
rompecabezas, jugar al ajedrez. Trabajar el germen de lo que se será su
independencia mañana.
2.
Fomentarles su creatividad. Acompañando
a la responsabilidad, todo trabajo le va a permitir estimular su creatividad, ayudándole
en el desarrollo de su personalidad, autoestima y autovaloración.
Libertad:
1. Respételo
y muéstrele confianza. A través de la escucha activa es
necesario atender sus opiniones y darles la suficiente libertad en su toma de
decisiones. Ejercer su libertad le va a permitir desarrollar su autoestima y
autoconcepto. Una nueva vida de consolidación de la comunicación con la madre
al ser ella la recepción de sus pensamientos, dudas y alegrías. Debemos
desarrollar, mantenerla para el mañana. Siempre debemos ser su vía especial de
comunicación.
b) Importancia de la madre en la vida del hijo.
También
ante el objeto de este artículo centrado en como ayuda el amor de la madre en
la salud mental de su hijo, importante es hacer hincapié, para que lo tenga
siempre presente, en todo lo que ella representa en la vida de su vástago, al
ser la principal guía de su desarrollo.
1. Su
ligadura emocional. Vinculo único y extraordinario, además de ser el
primer lazo afectivo que experimenta su hijo y que tanto le va a condicionar, a
veces determinar en su desarrollo emocional y psicológico. La madre es el
primer ser que le va a poder brindar seguridad y protección.
2.
Aprendizaje vicario. Como
se relacione la madre con el mundo, resuelva problemas, hable e interactúe, así
el hijo lo hará. La sinceridad, el engaño, la traición son apartados dónde la
madre tiene una participación vital.
3. Educación. Y es que la madre es su
primera educadora. La que trasmite valores y forja creencias. Temas que se
deben meditar, pues son muchos los jóvenes que al preguntarles ¿Qué es lo que
realmente tiene valor en tu vida? Quedan en blanco sin saber contestar.
4.
Absoluto soporte. No hay
nada que genere más fuerza a un hijo, el saber que ocurra lo que ocurra, su
madre va a estar ahí para escucharlo, aceptarlo, ayudarle, abrazarle mientras
intentan ver una nueva percepción de la realidad. Esta conducta es vital para
trabajar su autoestima y autoconfianza.
¡Cuánta
falta hace en nuestra sociedad el cariño, la acogida, la bienquerencia que
exclusivamente solo la madre saber dar!
5.
Referente de género. No hay otro referente más potente que
una madre. Es a través de ella como el hijo aprender a valorar, adquirir el rol
de belleza y desarrollar relaciones saludables con la mujer. De ahí nuestra
insistencia en la permanencia del apego.
Elemento
de retroalimentación de ayuda: a) Deseos más comunes del hijo con relación a
su madre, b) Principales claves para saber si el hijo se siente amado.
a) Deseos más comunes del hijo con relación a su madre.
Este punto también lo consideramos importante, pues,
aunque sabido, consideramos necesario insistir al ser esos deseos, expectativas
del hijo, las que, al no llevarse a cabo, no cumplirse le pueden crear serios
problemas. Franz Kafka con relación ante el dolor, en su obra “La Metamorfosis”
(1) hace que su personaje principal, Gregorio Samsa, se transforme en un
insecto. Y es que “Todo ser herido se ve forzado a la metamorfosis” a
una transformación interior. En muchos a una eterna imaginación, vida irreal
paralela. Estamos hablando de esos deseos más comunes para que la madre los
tenga en cuenta.
1.
Amor
absoluto. Todo hijo necesita el amor incondicional
de la madre. Es esa seguridad lo que le sirve de apoyo para pasar al apego del
padre como paso previo para poder introducirse en el mundo. Un hijo no valorado
por la madre, difícilmente lo será por el padre, con las consiguientes posibles
dificultades de identidad entre otros, ante la sociedad.
2. Seguridad y protección. Todo hijo para crecer en libertad
necesita saber que siempre va a tener en su madre el refugio seguro pase lo que
pase. No importa su devenir. La madre siempre será su ser protector donde
reponer fuerzas. La que hace una fiesta del éxito de su hijo y cuanto lo
requiere también con-vence.
3. Consejo y orientación. Además de protección, todo hijo quiere
sentir el convencimiento de que su madre está ahí, para toda orientación en
esos momentos determinantes. A través de su consejo, de su experiencia volcando
toda su condensada sabiduría con esas únicas palabras que para el hijo son de
tan fácil comprensión. Saber que siempre estará. Sin insultos, sin pensamientos
erróneos.
4. Soporte emocional. También la madre junto a él, cuando el
consejo, el apoyo está encuadrado en el área de las emociones. La decepción,
pérdida de un amor, un ser querido, o no haber alcanzado ese puesto que con
tanto empeño se había preparado. Saber que puede contar con la madre para el
consuelo. Que mientras viva, jamás se sentirá solo.
5.
Tiempo y
atención. Ya desde los primeros párrafos de este
artículo lo hablamos; el reconocimiento, el tiempo y la escucha activa forman
parte de las mejores herramientas para el desarrollo armónico del hijo. Es lo
que espera el hijo de su madre: tiempo, abrazos y apoyo.
b) Principales
claves para saber si el hijo se siente amado.
Hemos
querido incorporar este punto con el fin de ofrecer claves para que, ante la
duda, preguntas de algunas madres sobre si estarán trabajando en la línea
correcta, puedan tener la orientación acertada, el convencimiento de que su
hijo es un ser amado, valorado y respetado.
1.
Confianza en sí mismo. Todo hijo amado posee
confianza en sí mismo. Está seguro de sus capacidades. Sus creencias le dar
poder, lo que hace presentar una actitud positiva ante el mundo. Permanece en
el camino que le está conduciendo a una maduración acorde con su edad. Se
divisa, percibe fuerte.
2.
Atención. Todo
hijo que se siente cómodo con su madre, que sin importar la edad busca su
atención, es señal inequívoca de que sabe que es amado.
3.
Empatía hacia el otro. Un
hijo amado conoce, porque lo ha experimentado desde su más tierna infancia los
frutos de la empatía. Es sabedor de la felicidad que siempre experimentó cada
vez que su madre se acercaba para cubrir cualquiera de sus necesidades. No sabe
que fue una descarga de oxitocina, dopamina lo que le embargaba, pero era
feliz. Se sentía amado. Esto va a ser vital para su desarrollo y adaptación al
medio, dado que también él va a desarrollar empatía. El joven con empatía va a
saber casi de manera instintiva a ponerse en lugar del otro, en ser agradecido.
Siempre
diremos que en muchas relaciones sociales el talante determina, está por encima
del talento. Cuantos fracasos profesionales son debidos a que los hombres no
han sabido ser agradecidos, y no lo han sido porque ni tan siquiera se han
percatado del favor recibido. No son conscientes. Reconocer lo recibido, darle
el valor que tenía lo que estaban recogiendo en un momento dado tiene un valor
incalculable, genera confianza. La empatía es un elemento clave de éxito. Pieza
correspondiente del reconocimiento.
4.
Seguro en casa. Sin
importar la edad, si el hijo se siente cómodo en casa, piensa que puede contar
con su madre, estamos ante un signo de que es un hijo amado por su madre.
5.
Manifestar sus emociones. Su
un hijo está abierto a manifestar sus emociones a su madre, no nos quepa la
menor duda de que no solamente se siente amado, sino que un correcto
reconocimiento ha sido llevado a cabo a lo largo de su vida. Haberse sentido un
hijo con tiempo de dedicación, escuchado, valorado, comprendido y abrazado.
Para finalizar solo nos resta
decir que el mejor aprendizaje, más que la palabra, es el vicario. Que el amor
también es dedicarle tiempo, escucha activa. Confiar en él para que él pueda
confiar en sí mismo y ser responsable para que también lo sea.
Después de lo dicho, de tanta
responsabilidad que hemos colmado a la madre, procuremos tener presente de todo
lo que debemos cuidarlas. Su salud mental como vemos es prioridad. Sin una
armonía acorde con su quehacer diario, trabajo arduo, de heroínas, solo podrán
llegar a implementar cuanto hemos expuesto en el presente artículo. La salud
mental de la madre debe ser para la sociedad prioridad ya que todo cuanto hemos
expuesto, sin esa salud, nada serie posible.
Referencia:
1.
Kafka, F. (2011) la
Metamorfosis. Alianza Editorial. Madrid.

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